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Qué hacer ante la caída de un diente de leche
Los niños tampoco se libran del dentista. Es fundamental que los más pequeños de la casa mantengan una buena salud bucodental y que adquieran unos hábitos de cuidado desde bien pequeños.
La etapa de los 0 a los 3 años se considera de carácter preventivo. En caso de no existir ningún problema, desde el Colegio de Dentistas de España, recomiendan una visita anual. Sin embargo, a partir de los 5 años, durante el periodo de recambio, es aconsejable hacer una revisión cada 6 meses.
En este periodo, los padres tienen que estar bien atentos, porque pronto comienzan a aparecer los famosos dientes de leche.
Los dientes, que se van formando desde la quinta semana de gestación, suelen aparecer a partir del sexto mes de vida y forman la primera dentición de leche, que acaba completándose aproximadamente a los dos años y medio.
Cuando el diente está preparado para erupcionar, la encía suele inflamarse, lo que puede ocasionar algunas molestias en el bebé: irritabilidad, febrícula, aumento de la salivación, rechazo de alimentos, diarrea o dermatitis del pañal, de acuerdo con los dentistas españoles.
Para aquellos bebés que muestran síntomas de dolor frente a la erupción dental existen métodos efectivos, que contribuirán a su alivio. Algunos ejemplos: uso de mordedores o frotar ligeramente las encías con un dedo limpio o una cucharilla fría.
Según explica a Europa Press la doctora en Odontología y especialista en Odontología infantil y Estética, la doctora Mónica Miegimolle, los dientes de leche tienen diferentes funciones:
1. Masticatoria. Dependiendo de la forma de cada diente temporal unos cortan, otros desgarran, otros trituran.
2. Función de deglución. La lengua de apoya en la parte posterior de los dientes superiores para facilitar la deglución del bolo alimenticio.
3. Función fonatoria. Facilitan la pronunciación de las consonantes que requieren del apoyo de la legua en la parte posterior de los incisivos temporales superiores
4. Mantienen el espacio de la arcada, que será ocupado posteriormente con el diente sucesor permanente.
En declaraciones a Europa Press, la especialista recuerda que existe la creencia de que no se debe mover el diente temporal con los dedos, pero no es así. "Cualquier ayuda es buena para facilitar la caída, comer bocadillos, fruta a mordiscos y permitir la erupción del sucesor permanente”. Miegimolle pone una condición, "siempre que los dedos de los niños estén correctamente limpios para evitar sobre infecciones".
Por último, la doctora resalta que en estas fases se debe cuidar especialmente la higiene a ese nivel. El motivo es simple: el niño nota molestias al pasar el cepillo por la zona ligeramente inflamada que rodea al diente. "Se debe cepillar con más cuidado pero asegurando que la zona quede perfectamente limpia, y así evitar el acúmulo de restos de comida que agraven la inflamación de la encía a ese nivel", termina.
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